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martes, 20 de noviembre de 2012

La graduación de chucufleta


Hola a todoas/as, hace mucho que no os escribo nada, hoy me dió, por ponerles este maravilloso cuento, la Ardilla chucufleta, seguro que nunca lo habeís leido, pues a mí me gusta mucho las historias que yo, misma relato, y que mis padres me corrigen, espero que os gusté tanto como a mí.

Pelusilla no se encontraba nada bien. Llamó al señor Topo para que viniera a verla, a lo mejor podía ayudarla con algún jarabe de los que solía preparar.

-Por los síntomas parece que tienes una gripe....en estos casos lo mejor es quedarse en la cama-. El señor Topo le dio un jarabe para la fiebre y le aconsejó no salir a la calle.

Eso era todo un contratiempo para Pelusilla. Tenía que desfilar disfrazada de reina Roja en la fiesta de graduación de su amiga Cuchufleta la mofeta.

La ardilla se puso de tan mal genio que su cola se puso tiesa y empezó refunfuñar ¡Maldita gripe! Y justo ahora que tengo un compromiso ¿pero es que siempre me tiene que tocar a mí? – se tiró un buen rato protestando tan alto, que todos podían oírla desde el exterior

Panda que la estaba escuchando, se acercó a verla un momento.

-¿Pero qué te pasa? Se oyen tus gritos desde la calle…eres una cascarrabias – le dijo el oso a Pelusi.

-¡Tengo gripe! Y mañana es el desfile. ¡Esto no puede ser! – protestó la ardilla.

¡Vaya mal genio el de la ardilla! Cuando algo no sale como ella espera empieza a gruñir sin parar.

-Gruñir no te sirve de nada Pelusi – dijo Panda - Si estás enferma lo mejor es quedarse en la cama- trató de convencerla, pero sin mucha esperanza de conseguirlo.

-¡Ni hablar!...no puedo quedarme en la cama. De ninguna manera puedo fallar a mi amiga –

Pelusilla no paraba de gruñir dentro de la cama. Se sentaba, gruñía y volvía a tumbarse. Le dolía todo, y sabía que por mucho que ella quisiera no podría desfilar en la fiesta de graduación. – “Pobre Cuchufleta....se quedará sin su reina en el desfile, con lo que le costó hacer el traje y ahora nadie lo lucirá”- pensó sin poder hacer nada.

A Panda se le ocurrió una idea.

-Si quieres yo puedo desfilar de reina Roja - dijo el oso convencido de haber encontrado la solución.

Las carcajadas de su amiga se escucharon a un kilómetro.

- ¿Tú? pero si eres un chico ¿Te imaginas a un oso vestido de reina de las fiestas??? ¡No, no y mil veces no! Todos se reirán de ti..... ¿Además dónde piensas meterte el vestido? ¡Con lo grande que eres tendrías que llevarlo en una oreja! -. La ardilla no paraba de decir cosas, empezó a llorar desconsolada ¡Ayyyyyy! ¡Ayyyyyy! ¡Con la ilusión que le hace llevar ese traje! Menuda faena…

-Tranquilízate, ya me ocupo yo de buscar una solución. ¿Cuánto falta para el desfile? -El pobre oso no sabía cómo tranquilizarla.